viernes, 18 de octubre de 2013

Expendedor de sonrisas (crónica vendedor por un día)

En  Colombia por fortuna aún hay trabajadores informales, aquellos que utilizan la malicia indígena para vender, comprar y revender cualquier tipo de artículo en el mercado. En Bucaramanga la mayoría de ellos son expenden chicles, cigarrillos, manillas, juguetes y ropa… todos ellos hacen piruetas para que la policía no les quite la mercancía. Esto por una ley del alcalde Hugo Aguilar para recuperar los espacios. Yo intente pasar un día con un vendedor informal, un vendedor que en Bucaramanga aunque extraño de mencionar hace parte de este gremio. Un expendedor de marihuana.
Para pasar el día tuve que ir a la cuarta con novena un poco más debajo de la Universidad en donde vive un amigo de la escuela que hace parte de este trabajo. Con ánimos de hacer este trabajo lo llamaremos “gato” el gato es lo que llaman en Bucaramanga un campanero, es la persona encargada de alertar si la policía se acerca, él vive en un barrio llamado por sus habitantes “las torres”. Antes de empezar, debía ir donde la persona encargada de todo el negocio, así que tuve que bajar las escaleras del barrio la universidad  y pasar por cuatro anillos invisibles hasta llegar donde “Miguelito” increíblemente este personaje tenía más de 60 años, él me tomo del brazo y me dijo –quiere un poco- y señalo la marihuana que se encontraba en unas bolsas negras sobre una mesa de comedor. Yo respondí que no, con un miedo que consumía lo más valiente de mí. Él solo sonrió y dijo – de igual manera tome esto para que se vaya con buenos recuerdos-  y me dio dos hojas de cuaderno arrugados por el puño de sus manos, esta es una manera de envolver la marihuana, así que no la abrí, solo por espeto la guarde en mis bolsillos. El “gato” le hablo sobre mi trabajo y él aunque un poco reservado accedió solo con  la condición de no dar las especificaciones exactas de la casa y decir su sobrenombre en la crónica, cosa que haré por respeto a este pacto.
Miguelito no nos acompañó al lugar donde vendían por seguridad, en ese momento me di cuenta que el negocio aunque lucrativo tiene riesgos, y el riesgo de miguelito es no poder disfrutar de su vida como cualquier otra persona. “gato” y yo subimos nuevamente hasta la bomba donde se venden estas drogas, él me dijo –pille como es la vuelta, yo soy el campanero, el de allá es el vendedor, vamos pa’ que sepa quién es y se quede con los vagos.-
Bajamos hasta donde vendían la marihuana, ahí el me presento a “Jairo” esto fue algo muy cómico, porque “Jairo” también  había estudiado y jugado futbol conmigo, así que me sentí un poco relajado por esto. Jairo me saludo muy cordial y cuando le comente lo que hacía no puso problema alguno en ayudarme.
Me dijo –si usted quiere que le salga la vuelta bien, mejor vótese aquí por acá a las 11 y venga sin moto, todo bien que se queda en mi casa, yo vivo al lado de “pinky”- “pinky” también había estudiado conmigo y yo me había quedado por bastante tiempo en la casa de él, en ese momento pensé, ya echo la labor no me voy asustar, así que le dije que sí.
A las once de la noche estábamos parados en una esquina de la bomba, aunque no me dejaron ver cómo llegaba o quién la envolvía; me explicaron como era el “día” en este caso la noche, “Jairo” me comento que en la noche sucedía todo. En el momento en que hablamos llegaban motos y carros de alta gama. Los de las motos debían quitarse los cascos y  mostrar la cara, un campanero les decía dónde ubicarse, en este caso debían hacerse debajo de un árbol donde según ellos la cámara no llegaba a grabarlos, las personas debían tener sencillo para comprar  “el paco” o sea la hoja de papel que contiene la marihuana. “el paco”  cuesta dos mil pesos. Ni más ni menos. “Jairo” me pidió ser el timbrador, o sea el que “chiflaba” a una persona para que subiera “el paco”. Así fue llego un carro le avisaron el lugar, yo chiflaba y en 1 minuto subía una persona que me entregaba el paco. En la noche llegaban prostitutas, abuelas, jóvenes de 11 en adelante, locos, travestis, profesores… yo me sorprendí al ver la cantidad de personas y de distintas clases sociales que allí llegaban. Durante toda la noche la policía se acercó más de diez veces, el campanero, con una linterna una cuadra más adelante avisaba que ellos llegaban, y debíamos salir corriendo hasta una zona boscosa a la cual ellos no entraban. Luego de que pasaran salíamos nuevamente y continuábamos la labor. “Jairo luego que salimos dijo lo siguiente
-       P… h… antes venían y se llevaban algunos pacos para ellos, ahora desde que esta la cámara solo vienen por plata, y así no funciona esto. Por eso le dije que se quedara en mi rancho porque los vagos ya lo tienen fichado en la cámara. Pero sano.
La noche trascurrió tranquila, yo me canse de chiflar así que cambiamos con otra persona, yo avisaba donde debían cuadrase, y esperaba al lado del vehículo mientras traían “el paco”. Las personas que están en este negocio, fuman marihuana durante toda la noche, hablan del colegio, de sus problemas y posibles decisiones… ellos son amigos estudian juntos, los acompañan generalmente sus novias, la mayoría  embarazadas. Ellos parecían muy alegres durante toda la noche, y las personas que llegaban al lugar a comprar eran amigables nada asustados, la rapidez de las personas era asombroso. Todo sucedía en menos de dos minutos, era algo de “tome y deme” a las dos y media de la mañana ya no había ni un solo paco. La plata así como bajaba nunca subía.

Cuando llegue a la casa de mi amigo a dormir él me dijo – recuerde que nosotros si somos vendedores ambulantes, nosotros vendemos sonrisas, al igual que un payaso o un cuentero, y si pillo bien la vuelta las abuelas no se la fuman la echan al alcohol para sus piernas y los profes lo hacen para el relajo… por eso nosotros vendemos sonrisas.-

Una pareja de antaño

En la mañana de domingo, Domingo se levanta cada día a las cuatro de la mañana, siempre se levanta  y camina descalzo  por toda la casa hasta la cocina, toma un vaso de vidrio, abre el grifo y toma un vaso de agua, luego se acuesta nuevamente a dormir hasta las 5:30, lo sé porque es mi tío. Su edad es la de un hombre de la tercera edad. Esto lo hace así siempre porque su compañera sentimental así lo hacía. Él se despertaba cuando ella lo hacía y le decía – Martha por favor ¿no puedes tomar agua en otro momento? -  pero luego de la muerte de ella, él hace cada una de las cosas que hacía Martha, lava su ropa a mano, toma agua a las cuatro, el arroz con pollo lo  sazona con uvas pasas (aunque a él no le gusta), siempre me causo curiosidad el comportamiento de mi tío, algunos dirán que una pareja que pelean o viven el momento como el último es la mejor pareja, pero, falta ver una pareja donde un vivo habla con su difunta esposa.
-déjeme hacerlo a mi manera. Dice mi tío a su esposa mientras hace el arroz
- ya me bañe ahora será que puedo estar tranquilo
No digo que mi tío este loco. No, es muy cuerdo solo nunca ha podido olvidar a su mujer, aun camina y siente que su sombra la comparte con ella. Intente escuchar de él por una semana todo lo que decía, todo lo que hablaba.
Mi tío hombre bohemio, le encanta la poesía que nunca lee y la música de cantina, cada día pone en mi equipo “cinco centavitos” de Julio Jaramillo y camina por toda la casa, cundo escucha esta canción hace algo muy particular que luego mamá me explico. Mi tío toma en sus manos un pocillo de tinto y le agrega un poco de aguardiente. Yo pensaba que esto era por culpa del sufrimiento de no tener a Martha, pero mi mamá  me explico lo siguiente, -a su tía le gustaba Julio Jaramillo, y siempre que lo oía tenía que tomarse un trago, de eso murió, la mato el trago. Por eso su tío lo acompaña con aguardiente para morir como ella-.   Yo no creo que sea por eso, yo creo que lo acompaña con aguardiente para recordarla y estar con ella, el amor de mi tía por ella es tan grande que aun la siente a su lado, que aun hace todo lo que a él le disgustaba hacer por ella.  Hace dos días lo encontré hurgando en la nevera de mi casa y decía
-qué te gusta a ti, ni mierda…  voy a tomar agua y ya.
Siempre mi familia ha dicho que ha enloquecido, mi tío se sienta en la mecedora y mira hacia el techo por largo tiempo mientras susurra rezos y toma tinto, porque si a mi tía la mato el trago, a mi tío lo va a matar el tinto. Aunque los doctores le han sugerido no tomar más tinto él cada mañana toma un tinto, al medio día mientras oye música también lo hace pero acompañado con aguardiente y antes de acostarse toma un último vaso de tinto. Los rezos que hace son un poco extraños, comienza con ave maría y termina charlando con alguien, con Martha.

Algunas parejas son raras, algunas viven su vida día a día, algunas son tan antiguas que aguantan a la otra persona hasta en lo más asqueroso y doloroso, algunas perdonan engaños y otras como las de mi tío se aman y viven por toda la eternidad así su complemento este en una tumba. 

La ciudad de los parques sinónimo de la ciudad de los sueños (crónica sobre lo que nunca he echo)

Bucaramanga, jueves 25 de julio de 2013, 6:00 pm me senté en el parque del barrio los Pinos  a pensar u observar algo que me hiciera escribir una crónica. En mi mente sabía que debía hacer una crónica de algo que  nunca había hecho, esa era la tarea... no tenía un peso en mis bolsillos para recrear algunas ideas de mis compañeros de clase: tirarse de un parapente, escalar una montaña o hacer bungee jumping… para narrar algo como eso se necesita  dinero; luego pensé en las ideas de algunos sobre lo que no necesitaba dinero: ir a una iglesia,  pasar un día con mi madre… todas estas ideas revoloteaban en mi mente pero era consciente de que no me aguantaría ni media misa seguro me quedaría dormido y para colmo de males me encontraba en este parque porque había discutido con mi mamá… miro el reloj 7:35 pm subo mi cabeza y me quedo mirando fijamente el árbol que se encuentra sobre mi banca, detengo la mirada sólo por unos segundos pensando en la crónica y la discusión con mi mamá – no quiero llegar a casa-  es en lo único que reflexiono… 7:48 se hace tarde en el parque, sólo quedamos dos personas, a mi lado se encuentra un indigente al cual conozco porque ha ido a mi casa a pedir algo de comer, pienso en cómo será pasar una noche en un parque y es lo único que me hace reír irónicamente debido a la situación en la que me encontraba. Estaba decidido iba a pasar una noche en un parque de la ciudad bonita.
Luego de esta decisión voy a la casa de un amigo y pido los menesteres necesarios para pasar mi noche en el parque (una cobija vieja, un buso para el frio y algunos cigarrillos para pensar) regrese al parque donde se me había ocurrido la idea. Ya eran las 8: 45 pm llegue al parque y observe que se encontraba el mismo indigente, no voy a negar que la idea de pasar una noche en el parque ya no me resultaba tan divertida, mi seguridad comenzaba a temblar de miedo y frio, mire el parque y trate de hacerme la idea de que era seguro ya que no era muy grande y se encontraba rodeado de casas, pero también me salto la duda de que el parque se encontraba a un paso del barrio el Diviso… pero ¡ah! pensé y recordé la frase de un amigo del colegio Santander –sin mente como los gusanos- me senté en una de las cuatro bancas que rodeaban a un árbol grande, me hice en la banca  detrás del indigente para que el árbol me tapara de la vista del aquel, me senté y sólo pensé en los problemas y mi mente trató de engañarme reflexionando sobre los problemas con mi mamá y la cama caliente que me esperaba.
10:00 pm hacia frio, no el que todos pensarían pero sí. Sentía como mi cuerpo comenzaba a erizarse por algunos vientos fuertes de la noche, me sentía seguro porque unos minutos antes habían llegado una pareja de novios o amantes a este sitio el cual me parecía remoto. La banca donde me encontraba sentado ya me parecía incomoda así que me levante y estire un poco las piernas, luego puse mis manos en los bolsillos de mi jean y levanté la mirada al cielo, quería ver las estrellas y lo único que vi fue una luna tapada por un par de nubes negruzcas  que me hicieron perder la magia de aquel momento, volví y tome asiento.
11: 15 había pasado más de una hora y la pareja aún no se iba, yo tenía sueño, la banca era realmente cómoda al momento de recostarse, no pensé en pedir una maldita almohada a mi amigo. Pensaba en la vieja y sucia almohada con la que estoy acostumbrado a dormir –nuevamente mi mente empezó a querer reflexionar- traté por todos los medio de no pensar ni por un momento, eso causaría que me arrepintiera de lo hecho. De pronto escuché el ruido de mi celular…
-Aló...
-¿hola Michael usted dónde está?
-¿mmmm para qué?
-¿es que no piensa llegar a la casa?
-no lo sé. Respondía a mi mamá sin saber si así lo pensaba o sólo no quería hablar con detalles.
-deje la bobada papito, es que usted sabe que sus hermanos son sus hermanos y a todos los quiero por igual.
-así ellos tenga la H…. culpa?, no mamá las cosas no son así.
-sí me va a insultar hablamos luego… chao.

11: 46 pm luego de la charla con mi mamá la rabia aumenta y las ganas de pasar la noche aquí aumentan, sólo pensé en algo por un momento Wilson (mi profesor), imposible esto no sirve para nada. 12:40 hacia mucho frio la cobija no servía de nada, sentía que tenía puesto unos periódicos sobre mi cuerpo, encendí un cigarrillo y mientras lo fumaba veía como el indigente se encontraba estático, como muerto –en algún momento pensé que lo estaba - ¿cómo se aguanta este maldito frio para dormir?-. 1:40 caminaba de lado a lado fumaba con tal desesperación por el frio y la soledad que comencé a pensar en voz alta
-ash, mi mamá si las caga...
Pensaba mientras caminaba de lado a lado, volví a meter las manos en el bolsillo y mire el cielo. Habían algunas estrellas no era un montón de estrella pero sí, brillaban algunas en Bucaramanga
2: 32 am el sueño comienza a atacarme, el parque es muy aburrido, no traje un libro porque la rapidez de mi idea no dio para pedirlo a  mi amigo, me entretuve mientras puede con los perros que pasaban por el parque, sobre todo un perro muy pequeño de tan sólo 5 o 4 meses que me dio tristeza; sentía frio y él también, sentía hambre y estoy seguro que él también. No éramos tan diferentes después de todo.
3:27 am me levanté asustado, observé al perro por tanto tiempo que sin darme cuenta me quedé dormido, revisé rápidamente mi celular, mis zapaos, mi ropa.. Yo. De pronto escucho:
-tranquilo que no lo voy a robar...
Era él, el indigente que hacia unas horas había visto durmiendo, se me había olvidado su presencia, yo sólo sonreí mientras por dentro imaginaba lo peor, me senté y mire nuevamente el cielo, me levanté de la banca mientras el indigente me miraba fijamente, esto me asustó mucho. Pensé en mejor caminar por Bucaramanga, pero era muy tarde y peligroso.  Él noto mi inseguridad y su respuesta a esto fue decir lo siguiente.
-tome un chorrito pelao…
En su mano izquierda  tenía una caja tetra pack de ron Medellín y en la otra una copita para tomar… debía recibirla, en ese momento él era mi única compañía, no podía despreciarlo sería estratégicamente estúpido que él se enfureciera. El mono, como es conocido en mi barrio no se ve mala gente, el frio me estaba matando y la soledad me estaba volviendo loco… -sin mente como los gusanos- tome la copa y sentí como me calentaba un poco, le ofrecí un cigarrillo, y luego pidió otro, fumamos y tome dos tragos más, no me hizo pregunta alguna durante esos tragos, sólo habló de la vida de mendigo que tenía, mis miedos se habían reprimido por unos instantes, luego pidió otro cigarrillo y se acostó en la misma banca donde se encontraba, según él ya la había calentado; sonreí y volví a  mi banca que irónicamente estaba caliente.
Me recosté miré el árbol que tapaba mi mirada hacia el cielo, gire la cabeza un poco para poder ver el cielo, y de pronto no recuerdo nada más...

5:57  escucho una manguera a presión y algunos escobazos… reviso rápidamente todo a mi derredor, mi celular, mis zapatos… yo. Todo estaba bien, sólo no tenía la cobija de mi amigo, el mono ya no estaba. El parque estaba siendo aseado por una señora que cantaba mientras lavaba. Los pájaros no me despertaron, pero ahora los comenzaba a oír detenidamente, la gente salía con chaqueta a trabajar, algunos -creo yo- pensaron que era un simple borracho y yo pensaba simplemente de que por suerte estaba vivo… Para la casa es hora de hablar con mamá. Bucaramanga, la ciudad de los parques es también la del sueño para muchos indigentes, tiene buenas bancas para dormir, hace frio y hay algunos indigentes educados… fue lo único que se me ocurrió. 

Caminando ando (crónica centro comercial)

Caminar en Bucaramanga es un lujo, los espacios son cada vez menos, tropezar es parte de esta ciudad, ya no es lo mismo que antes. Yo tengo 22 años de estar habitando esta ciudad, hago parte de la población netamente bumanguesa, existimos muy pocos de esos, y a pesar de mi corta edad, sé que nos han invadido un montón de gente queriendo respirar un aire mejor, un aire sin tanta polución como Bogotá, un aire sin tanta corrupción como en Cali o Medellín y un maldito aire de evolución como ninguna otra ciudad. Esta gente extranjera, para mí, invade  cada rincón de mi ciudad. Bucaramanga se encuentra llena de restaurantes del pacifico y la costa, mi universidad igualmente de esta gente, las calles son abarrotadas de rolos y paisas que quieren quitarme mi dinero con baratijas de menor precio que en cualquier otro mercado bumangués, como la plaza o el mercado de las pulgas, estos lugares están  invadido ahora por ladrones y jeques bumangueses que no entregan territorios a estos “extranjeros”. Yo nunca fui un niño ejemplar a mis 10 años recorría la calle  33 en cabecera  por el pasillo hippie buscando manillas y pañoletas para la cabeza, que se encontraban de moda en la juventud; iba a jugar maquinas a real de minas dentro del centro comercial Acropolis,  con el dinero que a escondidas sacaba del bolso de mi mamá, jugaba futbol por todo  san Alonso con un balón de micro de trapo o un Mikasa y al siguiente día tocaban a mi puerta a cobrar los vidrios que había cuarteado o partido con el balón de futbol. Acompañe  a mis hermanos al centro de la ciudad a conseguir aquello que ni los malditos extranjeros podían traer  a tan bajo precio, como juguetes, ollas, manillas, pulseras. Bucaramanga a mi mirar era tranquila a su modo, siempre existían pancartas de la ciudad de los parques, y hoy día solo sé que en Bucaramanga le llaman parque aun metro cuadrado, creo que el patio de mi casa debería ser monumento departamental porque es más grande y viejo que algunos que los gobernadores intentan vender. Ahora cuando camino por mi ciudad solo encuentro un plurilingüismo absurdo, paisas al lado de chocoanos o pastusos con chasas o puestos de comida, rolos en los parques tomando aguardiente antioqueño o  guarapo mientras escuchan rock o reggaetón. Los hippies de la 33 los quieren echar a patadas el gobernador Richar Aguilar, un hombre que hizo sus estudios en Harvard y quiere volver a Bucaramanga una micropolis gringa, y saca a los habitantes hambrientos de Bucaramanga para dar espacio a los “extranjeros”. Esta ciudad tiene tantos respiros que me acostumbre a andar con las manos en los bolsillos con miedo de que me roben o de tropezar con alguien. Recuerdo cuando comenzó esta ciudad los indígenas  de girón venían a poblarnos para tomar un respiro y poco a poco se construyeron chozas hasta ser lo que hoy somos, Bucaramanga no debe ser la ciudad de los parques, pues no existen, debe llamarse la ciudad del respiro ¡vengan aquí, compren una vivienda a los precios más altos de Colombia y llenen su vida de paz ruidosa y fanfarronee de armonía¡ yo camine esta ciudad de niño y de joven, tome una cerveza en el centro de la ciudad cuando no apuñaleaban, me embriagué en la zona rosa con mujeres que no se entregaban por dinero, camine de lado a lado alcoholizado en cabecera en las licoreras donde se reunían la mayoría de jóvenes, y aunque no soy homofóbico ni machista me da rabia ver un parque en soto mayor y cabecera como helecho para gays y prostitutas. En Bucaramanga todo cambio, ya no se puede caminar como antes, ahora el paso se volvió más acelerado y descontrolado, las aceras son cada vez más diminutas, el gobernador intenta hacerlas grandes extinguiendo los vendedores ambulantes que la transitaban como parte de esta ciudad, ahora parecen aceras espaciosas y la verdad son deshabitadas. Ahora nació una moda en Bucaramanga, los llamados y conocidos por la mayoría como centros comerciales, mi ciudad tiene tantos centros comerciales como parques, los centros comerciales son proporcional con cada hormiga que habita en esta ciudad, porque si fuera por la gente no habría sino tres o cuatro… pero no, existen más de 8 o 9 centros comerciales, desde los más diminutos y estúpidos, hasta los más grandes y estúpidos. Ayer luego de caminar el centro deshabitado intente comprar un detalle para mi novia (que por cierto es de aquí); como encontré la ciudad vacía en sus malditas calles, intente entrar a un centro nuevo en Bucaramanga, el Cacique, un nombre tan particular para la historia de esta ciudad construida por indígenas que me causo cierto desdén, no importa, me dije. Debo conseguir el detalle para mi novia, entre al lugar y tenía un parqueadero gigantesco, tan grande que se encontraba en su mayoría vacío, y cobraban la medio tontada de 1200 la hora del parqueadero, yo creo que hacen más dinero con el parqueadero que con algunos locales que se encuentran en ese lugar, no importa debo comprar un detalle. Cometí el error más grande de mi vida entrando a ese lugar un sábado. Yo no soy un hombre común, odio y me enerva, me enferma estar en un lugar repleto de gente, mi respiración y latir se aumentan tanto que el desespero por irme del lugar se convierte en una acción inmediata. No podía irme debía comprar el detalle para mi cucaracherita, solo el santandereano de verdad sabe a que me refiero con eso. Entre al lugar y mis hombros chocaban con otros hombros extraños, pan, pun, pan, pun… no quería devolverme porque debía comprar el maldito detalle que ella quería, una camisa con una frase en inglés, pura basura yanqui pensé, pero ella la quería, pun, pan pun… maldita sea el día que llegaron los extranjeros nacionales y las multinacionales de mierda, solo pensaba en eso mientras caminaba y observaba a los niños con sus helados lamiendo y riendo, los ancianos desesperados y conmocionados por la amplitud del lugar, los jóvenes con sus pelos aplastados en su cabeza luciendo ropa extravagante y yanqui. Bucaramanga se convirtió en una micropolis yanqui, fue lo único que se me ocurrió, yo a veces debo callar porque a mi madre lo único que se le ocurría comprar cuando era niño eran estas marcas norteamericanas que hoy día a veces me regala en contra de mi voluntad, y si no es ella es mi novia que me sorprende con una camisa de aquellas que confeccionan en la frontera mexicanos y se bufan los gringos en decir “made in E.U.” yo solo quería salir de ese lugar, por todos lados se escuchaba un parlante de murmullos de la gente, y las risas y conversaciones de la gente con un acento tan extraño. No escuchaba por ningún lado una entonación golpeada ni marcada, era algo más extraño, era como… chirriado, esa es la palabra, chirriado. Pero no me importaba debía comprar el maldito regalo para mi cucaracherita, entre a un sitio abarrotado de personas que rociaban loción por todos lados como muestrario, ofreciendo tarjetas para compras y viajes… estaba que explotaba por dentro, más aun cuando pregunte por una chanclas, y me dicen que cuestan más de cien mil pesos porque están de moda, y pensar que esas mismas chanclas de polietileno las consigo solo por el diez por ciento que aquellas que me ofrecieron, en la plaza de mercado de Guarín o san francisco. Quería salir corriendo, este centro contenía al setenta por ciento de la ciudad y yo hacía parte de esa estadística, de música, chancletas de cien mil pesos y pelos aplastados. Vi una camisa bonita, pregunte el precio costaba 70 mil, primero muerto. Así recorrí todo hasta que encontré solo basura y a precios altos. Mire la hora debía dos horas de parqueadero, sentí mi pulso y estaba acelerado, debía salir de tal disparate, así que Salí rápido de este lugar no lo recorrí más. Tanta gente y pan pun, me tenía alterado, encendí la moto pague los dos mil cuatrocientos y le dije a mi novia que fuéramos a comer a un restaurante Ocañero que hay cerca de mi casa. Se decepciono por la camisa, preferí darle el dinero. Y le dije que para mi cumpleaños me regalara una camisa que diga… se habla bumangués.

Michael David Uribe Espinosa

miércoles, 17 de abril de 2013

El Concierto: Brandenburgo N° 1 Bach

EL RITUAL

Como una pluma que vuela, vas y vuelves, y suavemente te dejas por el aire llevar, no estás donde tu ser lo permite sino donde el aire te lleva… vuelas. Eso  cada vez me impresiona porque aunque no estas te imagino, sonríes, gritas, oyes… ves. Y  no tengo idea si existes pero ahí estás y no estás, muerta estás, más viva que yo o ella, o todas las demás. Ayer te vi volar subías, subías, subías y de igual manera volvías a bajar, lentamente. Era primavera, el aire te llevaba a todos lados y yo no te veía y tú si me veías, y yo no te seguí pero tú me seguías… yo trataba de escapar de ti y te seguía y tu corrías de mí y me enviabas mensajes, mensajes que nunca leí, nunca los comprendí ni hice caso a lo que decían, y había otra persona que nos observaba, ella nos miraba celosa de algo que compartía, que incrédula pensar que no está con nosotros, vas y vienes… vienes y vas, estás conmigo, yo con ella, ella conmigo y tú con ella, y vuelas, es más que un pacto… es un rito. Te beso y ella me besa, te odia y yo me encanto, me deseas y ella me odia, en el pasto me lanzo y tú y ella conmigo se lanzan, me baño y quisieran estar presente, les hago el amor y me escondo donde ninguna pueda verme. Me buscan en su oído me llaman en sus piernas, les hablo en la boca y les beso la espalda, no hay sincopa en ti, tampoco en ella sólo un único latir único y seco fatal que me lleva a ella, el corazón de ella emana una sinfonía inconclusa que hoy día la escucho en tu corazón. La paz que necesito, tu veneno el arma con la que me entretengo, su paciencia la luz que me da esperanza, tu castigo lo que me hace falta, tu secreto el que comento, su delicadeza perfecta para el sexo, tu salvajismo… compañía perfecta para hacer el amor… vuelas… vuela. Tú y ella; yo y tú… por siempre solo los dos. 

Paralelo y Análisis Crítico: The people vs Larry Flynt y North Country


Tierra y fuego dirigida por Niki Caro. Muestra la vida y lucha de una mujer por obtener estatus dentro de una sociedad machista en Estados Unidos, su protagonista Josey Aimes ( Charlize Theron) es ultrajada moral y físicamente por la sociedad. Esta película hace una yuxtaposición con el papel y el trabajo de la mujer. Tierra hace referencia a las minas donde la protagonista debe trabajar, y fuego por la fuerza y  áspera lucha que debe tener contra la sociedad y empresa donde trabaja. Las imágenes de esta película son excelentes, la directora eligió a una excelente protagonista Charlize Theron, hace un excelente papel y el argumento de su papel es convincente. Josey Aimes  llega a su tierra natal en busca de oportunidad de trabajo y lo único que recibe es una oportunidad para darse cuenta de la mísera vida que Vivian las mujeres trabajando al lado de los hombres en una mina de carbón. Esta película muestra la lucha que ella debió pasar para demostrar que las mujeres mecían un estatus y posición. A pesar de ello muchas mujeres no apostaban a su lucha y dieron la espalda en un juicio contra la empresa donde trabajaba, al final todo termino en un camino de reflexión por parte de  todas las mujeres y en un punto positivo para la sociedad. Un estatus para la mujer. El  escándalo de Larry Flynt  es una película similar a tierra fría solo que en un contexto difícil, cuenta la historia de la liberación femenina y del trabajo de la mujer en una revista porno, en esta película podemos ver como las mujeres deben pasar por esta clase de trabajos para poder tener un estatus y un lugar dentro de la historia. La lucha de las mujeres ha sido ardua estas películas son una muestra de que sin importar la época una mujer siempre estará luchando por tener un lugar en la historia, tristemente hablo así porque hoy a pesar del avance de la historia, no se le ha dado el lugar que merecen, el lugar más alto que los hombres, sin mirar su cuerpo como solo un objeto sexual y sí mirar sus capacidades como potencias para el mundo.

Técnicas Visuales: estrategias de comunicación

Equilibrio...................................................................Inestabilidad



Simetría..................................................................Asimetría



Regularidad....................................................................Iregularidad





Simplicidad........................................................................Complejidad







Unidad..................................................Fragmentación




Reticencia..........................................................................Exageración





Predictibilidad..........................................................................Espontaneidad



Actividad...............................................Pasividad





Sutileza......................................................Audacia



Neutralidad..................................................................................................Acento





Transparencia...............................y/u.......................................Opacidad


Coherencia......................................................................................Variación



Realismo.....................................................................................................................Distorsión



Plana...............................................................................................................................Profunda






Singularidad.............................................................................................................Yuxtaposición



Secuencialidad.....................................................................................................................Aleatoriedad






Agudeza............................................................................................... Difusividad



Continuidad...................................................................................................................Episocidad



martes, 16 de abril de 2013

Autorretrato


Proceso ilustrado sobre la construcción de la marioneta







Crónica sobre el juego (Construcción de la marioneta)


Sábado
La mañana… debo hacer un títere, ¡que sencillo! Comprar madera enviarlo a ebanistería para dar forma a la cara, el cuerpo con sus extremidades, luego buscar en internet una cruceta, comprar nailon unirlo a la cruceta y listo, ya antes lo había experimentado en mi colegio. Una hora para hacerlo y ya… mejor dormir descansar, el profesor deja mucho trabajo, trabajos a veces anti didácticos…un títere… ¿Para qué me va a servir hacerlo  a estas instancias? No digo que dejé mi niñez atrás, por el contrario ¡soy más niño que cualquiera! Tal vez el profesor se equivocó pensando que este trabajo me ayudaría… empezando porque se llama trabajo, me da pereza saber que en mi no va a quedar nada. Veo como algunos amigos lo mandan a hacer con algunos artesanos y me dan ganas de hacer lo mismo, al fin de cuentas es sólo una nota. Me levanto de mí cama recorro la casa haciendo lo que cualquier estudiante haría un sábado por la mañana: comer, bañarme, cepillar mis dientes, tomar tinto, leer un poco, ojear los trabajos… y dormir.
En la tarde.  Me levanto… Pregunto qué hay de almuerzo. Me dicen que no hay nada que busque donde comer, salgo para donde mi novia, almuerzo pastas con pollo, tomo un plato grande porque las pastas que preparan en su casa son deliciosas… enciendo la televisión. Noticias. Que pereza, muerte y muerte… discriminación, intolerancia, inconformidad… díganme algo que no sepa.  Tomo el control y paso los canales hasta ver una película protagonizada por Brad Pitt y George Clooney   de ladrones, me gusta esa película, los actores aunque hollywoodenses son buenos, me gusta el cine independiente, donde las imágenes son fuertes donde el sexo no es sensual es carnal, donde las drogas no son un vicio, son un estilo de vida, donde robar es malo, y hay dinero para drogar y amar. Tomo el tenedor en mis manos y lo hundo dando vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas… mientras veo televisión saco del plato una cantidad que en mi boca no cabe, las pastas comienzan a descolgarse y una de ellas me llena de ideas, me quedo viéndola, tanto que las personas a mi derredor creen que estoy loco ¡el maldito títere! Ahí estaba no de pastas, no; pero si de palos, sé que tiene trabajo pero no me costará económicamente casi nada. La ideo quedó plasmada, no hice más sólo vi películas… eso es lo que me gusta, no las películas que debía ver para la universidad no, estaba viendo una película llamada “mariposa púrpura” de un director coreano, sus actores no hacían bien el papel ingrato que debían cumplir y las imágenes eran muy oscuras, casi me duermo, pero habían imágenes sorprendentes de guerra, algo similar para que algunos me entiendan a La lista de Schindler. Terminé de ver la película, volví a mi casa. Caminando por mi casa observé un palo de escoba y recordé las pastas, el maldito títere, corte el palo, ya estaba el tronco… que fácil y no tuve que pagar nada estaba en mi casa… mañana todo será más fácil ahora a leer “Las putas de babilonia” de Fernando Vallejo, mañana es domingo tengo tiempo, el trabajo es para el martes… a leer  a fumar y a dormir. Salí y fume un cigarrillo me encontré a un amigo y en sus manos sostenía un litro de ron.
Domingo
En la tarde me levanté y almorcé; me preocupé por el maldito títere, quería dormir había tomado tanto alcohol que mi cuerpo no quería hacer nada. Mi mente pensaba en descansar, pero el maldito títere era para el martes y además tenía otros trabajos. Tomé el tronco del títere era sólo un pedazo de escoba, había que convertirlo en poesía… recordé las máscaras hechas de colbón y papel periódico, busque el colbón, un pincel, el q’hubo que mi mamá compró y lo destruí, envolví el tronco de papel y colbón, tuve la idea de cortar más palos de escoba, pero el tiempo no me alcanzaba así que compré palos de balso, los corte volviéndolos extremidades. El mismo trabajo. Colbón y papel. Mi mente no pudo más estaba agotado, el alcohol volvió a mi cabeza y tenía parcial de francés, mejor a estudiar, fumar y dormir.
 Lunes
La noche, tenía las extremidades del títere, el maldito títere, mientras pensaba en pintarlo llegó mi hermano diciendo que había hinchas del Bucaramanga robando ¡fantástico!  Tomé el vinilo amarillo e hice su camisa, el verde sus medias y rosado para su piel. Listo tenía forma. Pero faltaba algo que no había pensado en estos días… la cara… tenía afán era para el martes busqué en las figuras de navidad y encontré la cara de un papá Noel, listo… la idea del lunes; buscar una cruceta, el nailon… así lo hice, la verdad lo terminé muy rápido, eran las diez pensé que duraría más… no tenía sueño… recordé que el profesor había puesto uno videos de títeres que hacían cosas locas, una de estas cosas era sacar la lengua… hice un hueco en sus labios metí una manguera y un pito llamado espanta-suegras que un primo había olvidado hace unos días, lo pegué a la manguera sople y ¡eureka¡ la lengua… ya estaba listo… el títere era vida, poesía… el maldito títere. Ahora a fumar y a dormir. 

Autobiografía... Mi proceso de aprendizaje.

Hace menos de una hora comprendí la indomable tristeza que produce el amor, y como una lágrima que se desliza poco a poco por mi mejilla tronca recuerdos de una niñez perdida. Yo nací con aires de libertad. No lo digo porque nací en plena revolución o envuelto en una bandera cubana de la mano del Che, no. Yo nací en Colombia en el año de 1991 cuando junto conmigo nacía la constitución colombiana y sus aires de libertad, ésto debió haberme facilitado la vida. Conmigo nació el deseo de autonomía que mis padres forjaron, aunque ninguno fue campesino, mis abuelas los condicionaron de esta manera y esos valores que llevaban en la sangre trataron de trasmitírmelos durante cada segundo de mi vida. San Vicente de Chucurí y San Gil, unidos en 5 hijos a través de José Antonio Uribe Flórez y Gladis Patricia Espinosa quienes trataron de crear un mundo que nunca tuvieron a su alcance. Ellos salieron de sus pueblos con el sueño de ofrecer a sus hijos la educación y las oportunidades que cada una de sus familias no alcanzaron.  Es ciclo elemental que desafortunadamente el dinero prohíbe – el cambiar el circulo vicioso de la educación-  teniendo en cuenta lo difícil que es tener que trabajar para ganarla. La infancia es algo que nuca se olvida, yo ya la he olvidado es muy poco y vago los recuerdos que tengo; sé que jugaba fútbol todos los días, sé que viví cuasi solo cada día de mi infancia, no hablo de aquella soledad infantil de no vivir sin amigos o aquella en la cual nadie me dirigía la palabra, no, al contrario tuve tantos amigo que me era difícil contarlos con los dedos y extremidades de mi cuerpo, pero mis padres estaban tan ocupados dándome la vida que nunca tuvieron que nunca tuve la oportunidad de sentarme a discutir con ellos. A pesar de eso, mis padres trataron con gran esfuerzo de educarme comprando enciclopedias y libros que vendían en las escuelas; eso es algo que recuerdo cada día, nunca me falto un buen libro, nunca tuve que preguntar a un familiar o a un amigo ya que la biblioteca de mi casa fue extensa y aunque mis padres no estuvieron del todo, mis hermanos cumplieron ese papel, cada uno a su manera. Estudiamos en la misma escuela, Instituto Niña María, una escuela de monjas  que trabajaba por una sociedad culta y aunque era muy buena nunca he recordado algo académico de lo que me enseñaron allí, nunca. Sin embargo, de algo estoy seguro, dentro de ese plantel me convertí en el ser que hoy soy, allí me enseñaron la curiosidad inmensa de lo curioso, hago esta redundancia a sabiendas de que me enseñaron a encontrar la respuesta a aquello que creía oculto. Dentro de ese lugar me enamoré y recibí instrucciones deportivas pero respecto a lo académico, siempre estaba debajo del promedio, aunque al momento de pruebas institucionales mis índices de conocimiento eran mayores que el de los demás. Es extraño darme cuenta en este momento que ni las pruebas académicas concuerdan para decir qué capacidad tiene el cerebro, ahora pienso que ninguna de esas pruebas sirve. Durante mi proceso en la escuela sé que aprendí a sumar y no sé como, sé que aprendí a leer y no recuerdo como, no recuerdo el nombre de ninguna profesora, mi mente está en blanco cuando de la escuela se trata ya que mi mente sólo giraba en torno al fútbol y al arte hermoso del teatro que es el único recuerdo vago que tengo –profe no puedo pasar al frente me duele la cabeza-, -profesora mi mamá no llegó a la casa y no entendí lo que debía hacer, si quiere llámela- era seguro que nunca se encontraba en casa y menos en el trabajo. A mis ocho años de edad aprendí de mis hermanos a falsificar las firmas de mis padres en las notas que enviaban los profesores en los cuadernos, las cuales nunca revisaban, aprendí el número de las cédulas para darle credibilidad a las firmas que practicaba cada tarde por casi dos meses seguidos hasta volverme un experto en excusas y gestos; es algo que aún no puedo decir si estoy orgulloso o apenado aunque debió servirme de algo y hacerme un daño infinito. Mi escuela sólo sirvió para hacerme comprender que la religión no iba conmigo, que el sentimiento espiritual no era algo que llenaba mi ser, aborrecí la idea de dios  (lo escribo en minúscula siempre porque no creo en su valor de nombre). Más tarde (en los colegios) aprendería que esta palabra y su creencia determinan a un ser, por eso me convertí en ateo. En mis colegios me enseñaron que la academia no sirve para nada, nunca lo dijeron, sólo lo recibí de golpe. En ellos encontré como mis amigos pintores, poetas, cuentistas, narradores orales… se perdían uno a uno en las calles por culpa del maldito apoyo que nunca nos brindaron, yo terminé haciendo obras de teatro en bares a media noche por dinero, escribiendo cartas para las novias de mis amigo por el precio de una empanada o una gaseosa y recomendando a mis amigos pintores que murieron por una bala o simplemente se convirtieron en abogados o doctores. Aprendí que el arte nunca da dinero, sólo ofrece felicidad y la espiritualidad que nunca tuve. Cada mañana despertaba para asistir a una tortuosa clase de matemáticas, de biología, algunas de español, inglés…, para mí todo consistía en escribir cuentos o cartas, todo consistía en leer los libros que mamá dejaba en mi casa, de pronto los profesores me daban la escuela -¡Uribe sino se arregla se va- ¡Uribe si sigue molestando tendré que llamar a su mamá- Uribe, Uribe, Uribe… no había profesor que en cada clase no me hiciera firmar el observador o tarjetón como era llamado; y en cada entrega de boletines tenía 50 o 60 tarjetones: no pone atención en clase, imita a los profesores, crea algarabía, utiliza los recursos del colegio para representar obras, escribe cartas en las horas de matemáticas… nunca en uno de ellos se mencionaban algo que interrumpiera con las clases, lo único que les molestaba era que tuviera una popularidad tan grande entre mis amigos para elegirme representante y tenía que dar “ejemplo” tener mis ojos seis horas al día pegados a un tablero blanco que se desdibujaba con marcadores que no decían nada…( x + y)… mitocondrias…  1492… todo eso nunca marcó nada en mí. Cada vez que necesitaba pasar un examen, cinco minutos antes leía con tal astucia que pasaba con sobresaliente y eso disgustaba a los profesores, mi comprensión lectora era tan grande gracias a los libros de mi casa que no debía torturarme estudiando y lo hacía cuando quisiera. A veces las preguntas me parecían tan estúpidas y vacías que simplemente dejaba la hoja en blanco… y así fue como me sacaron a patadas del salesiano; luego de haber representado 5 obras de teatro, de ser el capitán de micro fútbol y el representante con mejores ideas según una encuesta realizada por la institución. Debido a la expulsión, llegué al colegio de Santander “el  glorioso Santander”  mi experiencia educativa me hizo comprender que no debía poner atención a las letras de algunos profesores que llegaban a dictar sus clases con libros debajo del brazo, yo en cambio prefería escribir cuentos que me llevaran a otro lugar, un lugar donde no estuvieran docentes huecos y mentes cerradas… allí pertenecí al grupo de teatro  y conocí a una profesora particular entre todas, una profesora que me ofreció el placer de conocer a William Ospina, a través de sus obra y en persona gracias a mis ensayos, el placer de discutir sobre literatura y hablar de Borges, Julio Cortázar, Nabokov y Chaplin, el interés profundo por las tablas que debí dejar por problemas emocionales que hoy día me hacen llorar cada noche. Aprendí de ella el esfuerzo que debía llevar un buen cuento o ensayo, que la escritura aparte de ser un don era un trabajo arduo y satisfactorio… sólo aprendí eso. Por otro lado, aprendí a tomar un buen vino con mis antiguos compañeros: los pintores, los escritores, lo poetas y hablar cada vez que podíamos. Algunos de ellos hoy son importantes en el arte, los otros escribimos en las calles más recónditas donde las drogas y la sociedad decaen en balas y cuchillos, no nos atrevemos a salir por miedo de perdernos de ese espectacular mundo que hoy algunos en la universidad dicen es de ñeros o de paupérrimos, pero en aquellas personas que dicen eso, veo reflejados tristemente a los profesores con el libro bajo su brazo dictando su clase. Mi experiencia la viví solo y con ayuda de algunos libros; sé que la academia no sirve para nada sino es bien dada, por eso quise enseñar el arte de la literatura, la pintura, la fotografía… decidí ser parte de un grupo selecto que sabe de lo que habla y muestra su importancia a la sociedad y trata de llegar a cada uno de esos diablillos que como yo echarán polvo pica pica a su profesores, leerán en las noches y vivirán una vida subterránea que algunos “docentes” no ven. 

Ilustración Micmacs


domingo, 14 de abril de 2013

Comentario Micmacs



Nuevamente Jean-Pierre Jeunet nos sorprende con una película donde la realidad se esconde dentro del talento de algunos artistas de la calle o grupos circenses, Micmacs es una película donde la creatividad no tiene límites. Con una crítica hacia las industrias armamentistas, Bazil (Dany Boon) se ha salvado de morir dos veces, la primera con una mina antipersona y la segunda cuando una bala atraviesa su cráneo. Así comienza esta idea propuesta por Jean-Pierre con planos abiertos y algunos cerrados sólo a sus personajes centrales y al mejor estilo ya propuesto en Amélie busca la manera de llevar al cinéfilo a algo que ya ha visto mucho antes en este director en películas como La ciudad de los niños perdidos o la antes mencionada Amélie, sus extravagantes escenarios llenos de poco color y diferentes maquinarias hacen parte de la magia que transporta al espectador a un mundo realmente casi imposible. Dentro de la película Micmacs los personajes están bien caracterizados aunque es la misma magia que se encuentra en personajes anteriores. En el caso del actor Jeaun Pinon con quien Jean-Pierre ya había trabajado en películas como The Young and Prodigious Spivet, entre otras donde su personaje tiene un toque parentesco en cada una, esto lo vuelve un poco monótono ya que sabemos tiene unas interpretaciones fabulosas como en sus grandes inicios La Decouverte o MUMU. Micmacs con una banda sonora de (Raphael Beau) particular en películas de este estilo cómico y crítico en Francia. Sus espacios son excelentes aunque algunos emiten el sabor de lo oculto y oscuro para contrastar con la belleza de la calle. Micmacs una película francesa, estrenada en el 2009 con una duración de 105 minutos se convierte en una nueva forma de ver el cine.