viernes, 18 de octubre de 2013

La ciudad de los parques sinónimo de la ciudad de los sueños (crónica sobre lo que nunca he echo)

Bucaramanga, jueves 25 de julio de 2013, 6:00 pm me senté en el parque del barrio los Pinos  a pensar u observar algo que me hiciera escribir una crónica. En mi mente sabía que debía hacer una crónica de algo que  nunca había hecho, esa era la tarea... no tenía un peso en mis bolsillos para recrear algunas ideas de mis compañeros de clase: tirarse de un parapente, escalar una montaña o hacer bungee jumping… para narrar algo como eso se necesita  dinero; luego pensé en las ideas de algunos sobre lo que no necesitaba dinero: ir a una iglesia,  pasar un día con mi madre… todas estas ideas revoloteaban en mi mente pero era consciente de que no me aguantaría ni media misa seguro me quedaría dormido y para colmo de males me encontraba en este parque porque había discutido con mi mamá… miro el reloj 7:35 pm subo mi cabeza y me quedo mirando fijamente el árbol que se encuentra sobre mi banca, detengo la mirada sólo por unos segundos pensando en la crónica y la discusión con mi mamá – no quiero llegar a casa-  es en lo único que reflexiono… 7:48 se hace tarde en el parque, sólo quedamos dos personas, a mi lado se encuentra un indigente al cual conozco porque ha ido a mi casa a pedir algo de comer, pienso en cómo será pasar una noche en un parque y es lo único que me hace reír irónicamente debido a la situación en la que me encontraba. Estaba decidido iba a pasar una noche en un parque de la ciudad bonita.
Luego de esta decisión voy a la casa de un amigo y pido los menesteres necesarios para pasar mi noche en el parque (una cobija vieja, un buso para el frio y algunos cigarrillos para pensar) regrese al parque donde se me había ocurrido la idea. Ya eran las 8: 45 pm llegue al parque y observe que se encontraba el mismo indigente, no voy a negar que la idea de pasar una noche en el parque ya no me resultaba tan divertida, mi seguridad comenzaba a temblar de miedo y frio, mire el parque y trate de hacerme la idea de que era seguro ya que no era muy grande y se encontraba rodeado de casas, pero también me salto la duda de que el parque se encontraba a un paso del barrio el Diviso… pero ¡ah! pensé y recordé la frase de un amigo del colegio Santander –sin mente como los gusanos- me senté en una de las cuatro bancas que rodeaban a un árbol grande, me hice en la banca  detrás del indigente para que el árbol me tapara de la vista del aquel, me senté y sólo pensé en los problemas y mi mente trató de engañarme reflexionando sobre los problemas con mi mamá y la cama caliente que me esperaba.
10:00 pm hacia frio, no el que todos pensarían pero sí. Sentía como mi cuerpo comenzaba a erizarse por algunos vientos fuertes de la noche, me sentía seguro porque unos minutos antes habían llegado una pareja de novios o amantes a este sitio el cual me parecía remoto. La banca donde me encontraba sentado ya me parecía incomoda así que me levante y estire un poco las piernas, luego puse mis manos en los bolsillos de mi jean y levanté la mirada al cielo, quería ver las estrellas y lo único que vi fue una luna tapada por un par de nubes negruzcas  que me hicieron perder la magia de aquel momento, volví y tome asiento.
11: 15 había pasado más de una hora y la pareja aún no se iba, yo tenía sueño, la banca era realmente cómoda al momento de recostarse, no pensé en pedir una maldita almohada a mi amigo. Pensaba en la vieja y sucia almohada con la que estoy acostumbrado a dormir –nuevamente mi mente empezó a querer reflexionar- traté por todos los medio de no pensar ni por un momento, eso causaría que me arrepintiera de lo hecho. De pronto escuché el ruido de mi celular…
-Aló...
-¿hola Michael usted dónde está?
-¿mmmm para qué?
-¿es que no piensa llegar a la casa?
-no lo sé. Respondía a mi mamá sin saber si así lo pensaba o sólo no quería hablar con detalles.
-deje la bobada papito, es que usted sabe que sus hermanos son sus hermanos y a todos los quiero por igual.
-así ellos tenga la H…. culpa?, no mamá las cosas no son así.
-sí me va a insultar hablamos luego… chao.

11: 46 pm luego de la charla con mi mamá la rabia aumenta y las ganas de pasar la noche aquí aumentan, sólo pensé en algo por un momento Wilson (mi profesor), imposible esto no sirve para nada. 12:40 hacia mucho frio la cobija no servía de nada, sentía que tenía puesto unos periódicos sobre mi cuerpo, encendí un cigarrillo y mientras lo fumaba veía como el indigente se encontraba estático, como muerto –en algún momento pensé que lo estaba - ¿cómo se aguanta este maldito frio para dormir?-. 1:40 caminaba de lado a lado fumaba con tal desesperación por el frio y la soledad que comencé a pensar en voz alta
-ash, mi mamá si las caga...
Pensaba mientras caminaba de lado a lado, volví a meter las manos en el bolsillo y mire el cielo. Habían algunas estrellas no era un montón de estrella pero sí, brillaban algunas en Bucaramanga
2: 32 am el sueño comienza a atacarme, el parque es muy aburrido, no traje un libro porque la rapidez de mi idea no dio para pedirlo a  mi amigo, me entretuve mientras puede con los perros que pasaban por el parque, sobre todo un perro muy pequeño de tan sólo 5 o 4 meses que me dio tristeza; sentía frio y él también, sentía hambre y estoy seguro que él también. No éramos tan diferentes después de todo.
3:27 am me levanté asustado, observé al perro por tanto tiempo que sin darme cuenta me quedé dormido, revisé rápidamente mi celular, mis zapaos, mi ropa.. Yo. De pronto escucho:
-tranquilo que no lo voy a robar...
Era él, el indigente que hacia unas horas había visto durmiendo, se me había olvidado su presencia, yo sólo sonreí mientras por dentro imaginaba lo peor, me senté y mire nuevamente el cielo, me levanté de la banca mientras el indigente me miraba fijamente, esto me asustó mucho. Pensé en mejor caminar por Bucaramanga, pero era muy tarde y peligroso.  Él noto mi inseguridad y su respuesta a esto fue decir lo siguiente.
-tome un chorrito pelao…
En su mano izquierda  tenía una caja tetra pack de ron Medellín y en la otra una copita para tomar… debía recibirla, en ese momento él era mi única compañía, no podía despreciarlo sería estratégicamente estúpido que él se enfureciera. El mono, como es conocido en mi barrio no se ve mala gente, el frio me estaba matando y la soledad me estaba volviendo loco… -sin mente como los gusanos- tome la copa y sentí como me calentaba un poco, le ofrecí un cigarrillo, y luego pidió otro, fumamos y tome dos tragos más, no me hizo pregunta alguna durante esos tragos, sólo habló de la vida de mendigo que tenía, mis miedos se habían reprimido por unos instantes, luego pidió otro cigarrillo y se acostó en la misma banca donde se encontraba, según él ya la había calentado; sonreí y volví a  mi banca que irónicamente estaba caliente.
Me recosté miré el árbol que tapaba mi mirada hacia el cielo, gire la cabeza un poco para poder ver el cielo, y de pronto no recuerdo nada más...

5:57  escucho una manguera a presión y algunos escobazos… reviso rápidamente todo a mi derredor, mi celular, mis zapatos… yo. Todo estaba bien, sólo no tenía la cobija de mi amigo, el mono ya no estaba. El parque estaba siendo aseado por una señora que cantaba mientras lavaba. Los pájaros no me despertaron, pero ahora los comenzaba a oír detenidamente, la gente salía con chaqueta a trabajar, algunos -creo yo- pensaron que era un simple borracho y yo pensaba simplemente de que por suerte estaba vivo… Para la casa es hora de hablar con mamá. Bucaramanga, la ciudad de los parques es también la del sueño para muchos indigentes, tiene buenas bancas para dormir, hace frio y hay algunos indigentes educados… fue lo único que se me ocurrió. 

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